miércoles, 16 de marzo de 2011

Los sueños de un perdedor.

Mucha gente me verá desde las alturas y se reirá de mi. Se reirá por todo aquéllo que deseo conseguir, por esos sueños tan estúpidos e inconfesables que tengo. Sin embargo, son una de las cosas de las que más orgulloso estoy, a pesar de que es muy posible que unos cuantos no se cumplan, pero nada va a hacer que mi mente deje de divagar cuando estoy en clase con el bolígrafo entre los labios intentando superar un día más de rutina, cuando se plantea una conversación desagradable para mi o cuando me refugio entre las sábanas cada noche con un sonriente guiño hacia mi almohada.

Una persona ya consolidada que mira las disparatadas ideas de futuro de otra con superioridad debe ser ignorada. Sí, puede que nuestros sueños sean una tontería a veces, pero... ¿acaso alguien no tiene sueños aparentemente tontos que querría cumplir por encima de todo? Porque hay que entender que desde que a nosotros nos llenan tanto dejan la palabra tontería aparcada en la carretera sin nombre. Ni podemos dejarnos arrastrar por el pesimismo, ni debemos dejar todo esto en nuestro pensamiento, viendo como cada noche una sonrisa nos ilumina la cara pensando en cuantas cosas nos encantaría hacer, y sin hacerlas. Yo normalmente no comparto esos sueños personales, pero también los tengo, y por mucho que quién me conoce un poco ve lo que aparentemente quiero, hay mucho más, dentro de mi hay un mar de ilusiones que intentan que la tempestad no las hunda. Y como en mi caso, en el de todos.

Así pues, un sueño tonto para ti puede ser media vida para mi, o al revés, y todos tenemos derecho tanto de mantenerlos iluminados en nuestra intimidad o entre la más fervorosa de las multitudes. Yo puedo confesar que me gusta mucho cantar en mi casa. Sí, sé que no canto bien, pero bueno, déjame soñar mientras el mundo decida no aplastar mi ilusión. Y si no, pues bueno, aunque mis vecinos no sean el mejor de los públicos, y ni siquiera me escuchen de manera voluntaria, yo seguiré cantando, porque me gusta. Los sueños no sólo están a gran escala, a veces las cosas más cotidianas pueden ser un momento de ensueño, aunque no sean exactamente lo que nosotros imaginábamos. Y si, ver estos pequeños sueños alimentados, nos ayudará en el camino tanto de nuestra vida, como de nuestra madurez, como de nuestra felicidad. Nadie dice que se vayan a cumplir, pero si eres tú quien dice si al menos, se va a intentar. No se trata de ganar o perder, y para quién lo considere así, lo siento, pero perder tiene muchas acepciones, y al luchar por algo, tu voluntad y tu ser nunca pierden.


1 comentario:

  1. "...y al luchar por algo, tu voluntad y tu ser nunca pierden."

    me quedo con eso, que gran verdad. Muchas gracias Roberto.

    un abrazo, y sigue escribiendo, cantando y soñando. ;)

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